Las aguas del río Ambato aún siguen contaminadas - El Comercio

2022-09-09 21:46:33 By : Mr. Zolace Zhu

El área por donde ingresa el agua servida en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de Ambato. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

Los 120 regantes del canal de riego Illina-Las Viñas están indignados. El agua con que irrigan las 30 hectáreas de cultivo de aguacate, legumbres, hortalizas y tomate de árbol aún llega de color ocre y pestilente.

Eso inquieta a Abelardo Bastidas, agricultor de ese poblado de la parroquia Pishilata. Él cuenta que el líquido con que riegan es captado en el río Ambato.

“Estuvimos felices porque se pensó que, con la construcción de la planta de tratamiento de las aguas residuales, el problema de contaminación se había acabado, pero aún se mantiene”, dice. Añade que no todos los caudales ingresan a este complejo de piscinas para su recuperación.

Bastidas se refiere al colector Pisocucho, que recoge el agua de las industrias del jean, las curtiembres y de las textileras de las zonas de Izamba, Martínez y Atahualpa. Estas son vertidas sin ningún tratamiento al caudal del río. A esto se añaden las conexiones clandestinas de las poblaciones ubicadas en las partes alta, media y baja del afluente.

Un informe difundido por la Unidad de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales determinó que en el momento son procesados 711 litros de aguas servidas por segundo, producidos por los 250 000 habitantes de Ambato.

Esto representa el 80% del caudal total. El otro 20% corresponde a canales colectores (como el de Pisocucho, que no ingresan al proceso ya que son aguas industriales) y a vertederos ilegales.

Samuel Haro, jefe de la Unidad de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales de la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapa), asegura que el proyecto fue diseñado para un caudal promedio de 750 litros por segundo y un máximo de 1 120 y añade que la Emapa abastece a la ciudad con 900 litros por segundo y retorna el 80% a los sistemas de alcantarillado hasta la planta de tratamiento a través de los colectores Emisario, Terremoto y Pisocucho.

Él reconoce que apenas una parte de los 60 litros de las aguas industriales y domésticas que corren por el colector Pisocucho es tratada en la planta y el resto se vierte en forma directa al río Ambato. "La planta de tratamiento solo está diseñada para las aguas residuales domésticas de la ciudad y no para descargas industriales. Cada empresa debería construir sus propios sistemas y responsabilizarse de este proceso”.

Frente a esta problemática, los técnicos ahora efectúan el análisis diario de la calidad del agua que ingresa y que retorna después del tratamiento al afluente. El objetivo es conocer el grado de contaminación y qué componentes ingresan.

Las pruebas de laboratorio determinaron que el agua que ingresa a la planta está contaminada debido a que la demanda química de oxígeno (DQO) sobrepasa los 600 miligramos por litro, cuando los parámetros internacionales son de 500 mg/l como máximo.

Asimismo, la demanda biológica de oxígeno (DBO) es de 250 miligramos por litro, considerada como agua moderadamente contaminada.

El tratamiento ha ayudado a reducir la DQO a 55 mg/l y la DBO a 60 mg/l. “Esos parámetros nos permiten saber que estamos devolviendo un agua recuperada”, sostienen los técnicos.

Gerardo Nicola, exgerente de la Emapa y secretario de Páramos de Tungurahua, asegura que constantemente realizan monitoreo de la calidad de agua en la cuenca del río Ambato para sus diversos usos.

A pesar de esto, el agua aún sigue contaminada debido a la existencia de lavadoras, lubricadoras, asentamientos humanos en las quebradas y colectores que botan sus descargas en forma directa.

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