El desabastecimiento de hielo provocado por los altos costes de fabricación y el encarecimiento de la luz, que ocasionaron la parada de producción en invierno, está mostrando este verano sus consecuencias. Aquel parón invernal provocó que el estocaje fuese escaso: la producción empezó en los meses de primavera y la cantidad fabricada no fue suficiente. Y eso se nota.
Negocios como el Kiosco Areaso, de O Grove, se han visto considerablemente afectados por esta escasez de hielo, manejando cantidades muy reducidas desde mediados del mes de julio. Por fortuna, nunca han estado desabastecidos del todo, pero sí que han tenido que implantar una serie de medidas para estirar el poco hielo que tienen. El frappé, que se emplea para hacer cócteles, si que ha faltado, por lo que se han visto en la obligación de dejar de ofrecer esas bebidas en ciertos momentos del verano. Por ahora, el establecimiento va superando la situación a base de bolsas de hielo de supermercados y tiendas de congelados, pues su proveedor de confianza no tiene suficiente mercancía para abastecer a todos sus clientes. Otros negocios son más afortunados y se hacen sus propios hielos. Es el caso de Daniel Otero, que nos habla desde el chiringuito A Do Peri, en A Illa de Arousa. El local cuenta con una máquina propia que le permite autosuministrarse. Antes de esta anómala situación, el establecimiento intercalaba la compra de hielo con el uso de este utensilio. Sin embargo, desde hace unas semanas se ha visto en la obligación de usar casi exclusivamente la máquina, debido a que uno de sus proveedores no tiene mercancía y el otro ha encarecido los precios hasta doblarlos, algo que a este hostelero no le parece nada justo.
Tras el síndrome del papel higiénico vivido en el año 2020, que generó una ola de compras compulsivas y estanterías de los supermercados vacías, actualmente ocurre lo mismo con el hielo, según explican en algunas tiendas de congelados. Aprovechando la búsqueda del tesoro emprendida por muchos consumidores, algunos negocios no han dudado en comunicar que sí tienen existencias. Es el caso de Congelados Mercanova, en Vilagarcía, donde el martes pasado pusieron un cartel anunciando que tenían hielo y desde ese momento las ventas se han disparado, sobre todo por parte de negocios de hostelería: «Fue poner el cartel y se volvió una locura», remarca una de sus trabajadoras y añade que ha habido días en los que se han quedado sin existencias desde la mañana.
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