Además, ofrecen la posibilidad de ser montadas sobre una estructura fabricada en PRFV con interconexionado hidráulico y eléctrico de los diferentes elementos y un cuadro eléctrico para control y mando del tratamiento.
La tecnología de ósmosis inversa se basa en el proceso natural de ósmosis. En condiciones normales de presión, el agua fluye a través de una membrana semipermeable desde una solución con bajo contenido en sólidos disueltos a una solución con alto contenido en sólidos disueltos. Este fenómeno tiene lugar en diversos procesos naturales, como la absorción de agua por las raíces en los organismos vegetales.
Los módulos de ósmosis inversa con los que trabaja Salher están compuestos por membranas que se fabrican de forma plana para su posterior enrollamiento en espiral. Cada membrana filtrante está formada por una capa de poliamida y un tejido soporte en poliéster. Estas membranas se disponen en recipientes cilíndricos conocidos como cajas de presión, capaces de soportar las elevadas presiones de operación.
• Dosificación de antiincrustante: Para controlar los precipitados que se puedan incrustar en la membrana, de forma que aumente la conversión de trabajo de la instalación y la vida media de las membranas.
• Dosificación de reductor de cloro: Cuando el contenido en cloro es elevado, ya que en presencia de este elemento las membranas son susceptibles de degradación.
• Micro filtración: Con el que se consigue la eliminación de partículas mediante un filtro de cartucho de 5 micras.
La superficie de las membranas de ósmosis inversa está sujeta a ensuciamiento por el paso del agua, para el que Salher realiza dos tipos de limpieza. Por un lado, el flushing es el lavado interno de la membrana que debe realizarse en todas las plantas de ósmosis. Se efectúa con agua de permeado, con una frecuencia que dependerá de la calidad del agua de entrada: para aguas muy duras con numerosos elementos disueltos se recomendaría un lavado diario.
Por otro lado, el lavado químico (CIP) es el lavado de mantenimiento de las membranas, que conviene llevar a cabo una vez al año o cada vez que se presenten las siguientes situaciones:
- Pérdida del caudal de permeado para la misma presión en un 10-15 %.
- Pérdida de calidad del caudal de permeado o incremento del paso de sales en un 10-15%.
- Aumento de la presión de 10-15%.
Para este lavado se emplea una disolución de agua de permeado con un reactivo químico.
• Proporciona máxima calidad y buen sabor para consumo humano, riego y usos industriales.
• Obtiene una retención de contaminantes elevada, llegando hasta el 99%.
• Tamaño reducido y compacto.
• Elimina cualquier sustancia que pueda corroer partes metálicas de maquinaría y tuberías.
• Permite procesar aguas residuales para su posterior reutilización de forma segura y eficiente.
El objetivo de la etapa de pretratamiento es el acondicionamiento del agua para su entrada a la planta de ósmosis. Para diseñar esta etapa es crucial disponer de una buena caracterización tanto físico-química, como bacteriológica del agua bruta. Teniendo en cuenta las analíticas del agua de este aeropuerto, se instaló un sistema de filtración de sílex, antracita y grava para eliminación de sólidos en suspensión y, posteriormente un filtro de carbón activo, como declorador. Esta etapa se diseñó para alcanzar el máximo grado de eficiencia, optimizando así el agua que se utiliza en cada ciclo de lavado.
En primer lugar se realiza un ajuste de pH y de agente reductor para que las membranas trabajen en su punto óptimo. Además, se dosifica agente antiincrustante con el que se evita la deposición de sales en la membrana, si se alcanzan los límites de solubilidad de éstas. Estas dosificaciones se llevan a cabo en un laberinto mezclador donde se realiza el proceso de mezcla.
La última etapa es la de mantenimiento del agua osmotizada, donde se realiza la desinfección y ajuste de pH del agua para poder consumirla de forma directa.
Los ingenieros de Salher trabajan para adaptarse a las necesidades del cliente y asegurar a estos mismos una calidad de agua tratada constante y unos costes de inversión y operación (CAPEX Y OPEX) reducidos, destacando por el trato personalizado y continuado a lo largo del tiempo. Gracias a ello, hoy podemos hablar de Salher como empresa de referencia en sistemas de ósmosis inversa.
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