“A nivel mundial, la desalación se está posicionando como una necesidad ineludible” | iAgua

2022-07-22 21:28:47 By : Ms. Vivi ShangGuan

Integrada dentro del Grupo Cobra, TEDAGUA (Técnicas de Desalinización de Aguas, S.A.) es la empresa de referencia en el diseño, fabricación, operación, mantenimiento e ingeniería tanto de plantas de desalación, sistemas de potabilización y purificación de aguas de consumo y/o procesos, así como de equipos de depuración y reutilización de vertidos urbanos e industriales.

El crecimiento experimentado por la empresa en estos últimos años, ha hecho que TEDAGUA sea considerada hoy una de las principales empresas del sector del tratamiento del agua en España, con importantes contratos en los cinco continentes. En el ámbito de la desalación, Raúl Fernández, jefe del Departamento de Ingeniería, y Álvaro Diaz del Rio, jefe del Departamento de Innovación, nos cuentan en esta entrevista los principales proyectos de la compañía, además de analizar el panorama actual de la desalación y las principales innovaciones en este ámbito.

Raúl Fernández (R.F.): Históricamente los asentamientos humanos se han ubicado en zonas estratégicas con, entre otras cosas, fácil acceso a fuentes de agua apta para el consumo y han dependido de ellas para su permanencia o desarrollo. En los últimos tiempos cinco factores han venido a modificar esta relación:

Todos estos factores hacen cada vez más necesarios los recursos no convencionales. Es necesario aumentar el recurso disponible mediante la desalación y reciclar el agua residual para volver a introducirla en el ciclo de uso. Los proyectos ligados a ambas tecnologías, cuando no directamente hibridando ambas son cada vez más numerosos e interesantes.

Los retos a los que se enfrenta el sector: eficiencia energética y huella ambiental están haciendo de los avances tecnológicos y las propuestas disruptivas el día a día de nuestro trabajo.

Álvaro Díaz del Rio (A.D.R.): El mundo se encuentra en un momento crítico respecto a la gestión de los recursos hídricos, la brecha entre el agua disponible y la demanda de este recurso básico cada vez se está incrementando a mayor velocidad. Respecto a la demanda, se estima que para el año 2050 el planeta llegue a los 9.500 millones de habitantes, un crecimiento de un 20 % en tan solo treinta años, lo que supone un reto para el sector. Esto implica aumentar los recursos agrícolas, altos consumidores de agua y también incrementar los recursos industriales, cada vez más de mandante de agua en sus procesos. Un claro ejemplo de esto último es la tan comentada generación de hidrógeno verde mediante electrólisis como fuente de energía del futuro. La Unión Europea tiene como objetivo tener al menos 40 GW de capacidad instalados para 2030, y no nos olvidemos de que para generar este Hidrógeno necesitamos agua ultrapura. Otro ejemplo de industria consumidora de agua es el de la fabricación de microchips, sector que aumenta su producción exponencialmente en una sociedad cada vez más digitalizada, donde por cada microchip fabricado se consumen unos 130 litros de agua.

"La realidad del cambio climático, sumado a la contaminación de las fuentes de agua convencionales debido a la acción humana, está impactando en una reducción de los recursos de agua convencionales disponibles", Álvaro Díaz del Rio

Por otro lado, la realidad del cambio climático, sumado a la contaminación de las fuentes de agua convencionales debido a la acción humana, está impactando en una reducción de los recursos de agua convencionales disponibles. Esta reducción de este recurso cada vez es mayor y viene ligado al crecimiento económico de nuestras sociedades.

Teniendo en cuenta que aproximadamente dos tercios de la superficie del planeta están cubiertos de agua, pero sólo un 2,5 % de esa agua es dulce, y solo un 0,3 % es apta para el consumo humano, la desalación se presenta como la principal solución a este desajuste entre el agua disponible y la demanda de agua. No podemos pretender un crecimiento económico ilimitado en un mundo de recursos finitos.

A.D.R.: Tedagua comenzó su actividad en el ámbito de la desalación desarrollando soluciones modulares y compactas que se caracterizan por sus nulos o mínimos requerimientos de obra civil, actividad a día de hoy que Tedagua sigue desarrollando. Un ejemplo claro del éxito de estas soluciones fueron las dos plantas portátiles aportadas por Tedagua tras la erupción del volcán en La Palma para suministrar agua para el riego de cultivos en la zona.

Planta portátil de La Palma (cedida)

A su vez Tedagua aporta más de veinte años de experiencia en diseño, construcción, operación y mantenimiento de todo tipo de plantas convencionales, desde plantas desaladoras realizadas para complejos hoteleros o pequeñas explotaciones agrícolas en las Islas Canarias, las grandes desaladoras de agua de mar como Escombreras en España de 63.000 m3/día o las de Provisur en Perú, Tuas III en Singapur, Beni-Saf en Argelia o Spence en Chile con unas capacidades de 35.000 m3/día, 163.000 m3 día, 200.000 m3/día y 87.600 m3/día respectivamente.

En total Tedagua ha diseñado y construido más de cien plantas desaladoras, que entre todas suman un total de más de 1.500.000 m3/día de capacidad de agua desalada.

R.F.: Actualmente estamos culminando un proyecto de desalación de agua de mar en Chile para aportar agua a una mina. Es muy interesante porque las minas en Chile ya no pueden crecer a expensas de aumentar el uso de aguas superficiales, lo que las obliga a buscar nuevo recurso no convencional. De este modo se preservan los valores ambientales mientras se permite el desarrollo económico de la región.

Otro proyecto interesantísimo ambientalmente es la desaladora de agua de mar para el proyecto “Salto de Chira”, en Gran Canaria. Esta desaladora sirve para rellenar los embalses de Chira y Soria para el almacenamiento energético en los embalses de energías producidas con tecnologías renovables. Los excedentes de producción de agua serán destinados a los regantes, para lo cual se ha adaptado el índice de adsorción de sodio (SAR) del agua producto a los valores requeridos por los regantes. En este caso se puede ver tanto el uso sostenible en materia energética como el aporte a regantes. La hibridación no sólo de tecnologías, sino también de usos permite la maximización de la eficiencia de estas instalaciones, actuando como palanca de valor añadido.

Cabe también nombrar el proyecto de East Bay, en Filipinas. En este caso hablamos de una planta potabilizadora, a partir de agua dulce de una laguna. La calidad del agua bruta es muy mala debido a la presión a la que ha sido sometido el recurso: abundancia de contaminantes y de nutrientes, que hacen muy difícil la utilización del agua de forma directa. La planta que estamos construyendo allí es capaz de eliminar todos estos contaminantes, así como tratar la salinidad estacional del agua mediante una línea de ósmosis inversa. De este modo, utilizando muy diferentes tecnologías en una misma planta y adecuando la línea de tratamiento a cada situación, logramos garantizar en todo momento la disponibilidad de agua potable en una zona que la necesita con mucha urgencia y que va a posibilitar la mejora de las condiciones de vida de miles de personas de la zona.

Por otro lado, estamos ejecutando la desaladora de agua de mar de Nemmeli, Chennai, en India, de 150.000 m3/día de capacidad, para dar agua potable de calidad al área metropolitana de Chennai. Esta desaladora cuenta con un completísimo pretratamiento capaz de hacer frente a importantes variaciones en la calidad del agua de entrada. La construcción ya está avanzada y en breve comenzaremos los montajes mecánicos y eléctricos.

La desaladora de agua de mar de Sfax, en Túnez, también es un importante proyecto para nuestra compañía. El norte de África siempre ha sido un mercado preferente para nosotros.  Capaz de producir hasta 200.000 m3/día de agua potable, se construirá en un corto periodo de tiempo. En este caso, los trabajos de construcción aún no han comenzado, pero lo harán en breve.

"Otro proyecto interesantísimo ambientalmente es la desaladora de agua de mar para el proyecto “Salto de Chira”, en Gran Canaria", Raúl Fernández

También me gustaría nombrar la planta depuradora de Taif, en Arabia Saudí, con un caudal de tratamiento de 100.000 m3/día ampliable hasta 270.000 m3/día.  Es una depuradora de agua residual, no una desaladora, pero incluye un exhaustivo tratamiento del agua que permite su reutilización una vez tratada, así como un exigente tratamiento de fangos para alcanzar el máximo grado de higienización. Esta planta, la primera de su tipo que se construye en Arabia Saudí, va a marcar el camino para el resto, nos encontramos muy orgullosos de estar en la vanguardia de este tipo de tecnologías. Como he comentado, la reutilización y la desalación van a ser claves en el futuro inmediato para abastecer de toda el agua necesaria frente al reto del cambio climático.

A.D.R.: La tecnología más establecida y consolidada actualmente para la desalación es la ósmosis inversa mediante membranas, que representa cerca del 71% de la tecnología a nivel mundial. 

Esta tecnología a día de hoy es la más eficiente, pero aun así presenta retos que tienen que ser abordados por los distintos actores del sector.

El primero de estos retos es la reducción de la cantidad de energía consumida durante el proceso de desalación. La ósmosis inversa se basa en aplicar alta presión sobre la masa de agua, lo que consume un alto nivel de energía. Actualmente el consumo energético de una planta desaladora de mediana y gran escala está en unos 3,0 Kwh/m3 producido, y por debajo de 2,2 Kwh/m3 para la pequeña escala.

Existen distintas líneas de investigación que buscan mejorar los rendimientos de esta tecnología y otras en paralelo que buscan tecnologías disruptivas que superen las limitaciones implícitas de la ósmosis Inversa.

Desde Tedagua apostamos por la búsqueda de tecnologías disruptivas, basadas en el principio de la diferencia de potencial para eliminación de iones, como la electrodesionización o la desionización capacitiva. El principal desafío es encontrar materiales con características físico-químicas adecuadas para la fabricación de electrodos que optimicen los procesos de adsorción y la desorción de sales.

No obstante, existen proyectos de investigación basados, por ejemplo, en la diferencia de potencial existente entre corrientes de agua con distintas concentraciones de sal.

Otra tecnología que puede tener una aplicación para pequeños caudales es aquella donde la energía aportada al proceso proviene de la depuración de aguas residuales a través de células de combustible microbianas.

Pero sin lugar a duda la tendencia con mayor madurez a día de hoy es la hibridación de los procesos de desalación con las energías renovables para reducir su impacto ambiental, donde las tecnologías de almacenamiento energético jugaran un papel fundamental.

El otro reto que presenta la osmosis inversa es la producción de salmuera generada durante el proceso. Este concentrado es un vertido que necesita un correcto tratamiento, pero lo que actualmente se considera un problema medio ambiental puede transformarse en una oportunidad con la extracción de materias primas críticas.

Actualmente ya se habla de “la minería de la salmuera” como fuente de metales, sales y productos químicos obtenidos a partir de este concentrado. Elementos como el litio, potasio o fósforo se pueden extraer mediante diferentes procesos. En este caso el reto una vez más es encontrar un proceso de extracción que sea eficiente y rentable.

En esta línea existen proyectos muy variados a nivel internacional que buscan la optimización de procesos tradicionales para extracción como la evaporización-cristalización y otros en cambio estudian métodos disruptivos y no convencionales para la obtención de estos minerales.

En cualquier caso, tenemos que celebrar que las estrategias de innovación están evolucionando hacia un ecosistema más abierto. La I+D+i tradicional es una pata fundamental del sistema innovador, pero no puede ser la única.

La innovación abierta (Open Innovation) acelera los procesos de desarrollo industrial, involucrando y estrechando lazos entre Universidades, Centros Tecnológicos, grandes empresas, pymes, startups, emprendedores, administraciones públicas e inversores institucionales y privados. Cada uno de estos actores cumple su función en la cadena de valor de la innovación, de esta manera se genera un caldo de cultivo ideal para la generación de nuevas ideas.

En los últimos años el mundo del agua está acelerando su adaptación a esta nueva forma de innovar, más colaborativa, más eficiente y lo más importante, en la que todos salimos ganando.

R.F.: A nivel mundial la desalación se está posicionando como una necesidad ineludible. El panorama es francamente positivo para el sector, aunque debemos tener muy presente los retos a los que nos estamos enfrentando: eficiencia energética e impacto ambiental. Todos los actores implicados estamos investigando en nuevas formas de acometer los proyectos, aportando nuestro valor añadido. El sector de la desalación en nuestro país es totalmente maduro, las empresas tenemos mucha experiencia en proyectos en todas partes del mundo y en condiciones muy exigentes.

En nuestro sector el cambio y la innovación son componentes de nuestro ADN, y se están realizando investigaciones realmente interesantes y que de seguro van a aportar grandes avances.

En España llevamos tiempo sin acometer grandes instalaciones de desalación nuevas, la demanda se ha centrado en plantas más pequeñas con usos mucho más específicos.  Estoy seguro de que en los próximos tiempos veremos surgir proyectos muy interesantes donde se van a mezclar tecnologías de desalación con reciclaje de aguas, de modo que se aumente el recurso disponible y se reduzca el impacto ambiental.

A.D.R.: Las necesidades de desalación son muy desiguales a nivel mundial. Debido a factores medioambientales, climáticos y socioeconómicos hay dos grandes regiones con un mayor potencial de crecimiento que el resto, Oriente Medio – Norte de África y América Latina. 

Se prevén grandes inversiones en los próximos años, destacando sobre todas las demás el área de Oriente Medio por una consecución de factores clave como son la disposición de grandes recursos económicos a su alcance, un rápido crecimiento económico y ser objeto de un fuerte estrés hídrico.

Por su lado América Latina en regiones como Chile o Perú donde la minería es actividad principal de sus economías, el agua desalada se convierte en un suministro crítico, especialmente en zonas entorno al desierto de Atacama. Hay una gran concienciación por parte de las administraciones públicas y del sector privado sobre la necesidad de incrementar el parque de desaladoras, ahora deben materializarse estas ideas en proyectos concretos.

Desaladora de Provisur en Perú (cedida)

Por nuestro lado, en España las necesidades inmediatas de nuevas instalaciones se localizan en el sur del país, especialmente en zonas como Almería donde la demanda de agua es muy alta por la actividad agrícola de la zona.  

No obstante, no debemos olvidarnos de las instalaciones existentes, muchas están quedando obsoletas desde un punto de vista tecnológico y habrá que invertir en su modernización aplicando nuevas tecnologías digitales que ayudan a reducir consumos y el impacto ambiental.

En España contamos con una historia de liderazgo en el sector del agua que debemos mantener, por ello que mejor lugar donde aplicar este know-how adquirido durante todos estos años que en nuestra propia casa.