Empresas burgalesas que no cesan su producción de mascarillas | Noticias Diario de Burgos

2022-05-14 05:23:03 By : Ms. Jessica yu

Hace poco más de un año, varias empresas burgalesas, entre ellas Torreplas y Molteplas, se lanzaron a la fabricación de productos de prevención de la covid-19. Al inicio de la pandemia todos los sectores de la sociedad dependían del uso de mascarillas, pero tras su levantamiento en interiores el pasado 20 de abril, muchos van a prescindir de ellas, por lo que la demanda descenderá notablemente. Ahora, muchas de las empresas e importadores que se adentraron en este nicho lo han abandonado. 

Este no es el caso de Torremask- la firma de mascarillas de Torreplas, que se ha consolidado como una gran productora y distribuidora de mascarillas y pretende seguir expandiéndose. Torremask inauguró en abril del pasado año una sala blanca en su nave de la calle Bureba, y adquirió tres máquinas para la fabricación de mascarillas, dos de quirúrgicas y una de FPP2.  Una gran inversión y un buen marketing, ya que encontraron muchas trabas al empezar, han llevado a la empresa a distribuir en el ámbito industrial, farmacéutico y de sanidad. En este último han conseguido entrar recientemente, a través de la gerencia de atención primaria de Burgos, de los que ya son proveedores. 

Su objetivo es dirigirse a los sectores estratégicos en los que la mascarilla vaya a perdurar con independencia de la evolución de la pandemia, además su cuota de clientes aumenta cada mes. Su filosofía, explica Héctor Medina, director comercial de la empresa, es tener la capacidad de ofrecer el servicio que merece cada cliente y sector, y adaptarse a ello en función de sus necesidades y su potencial. 

Por el momento, están teniendo un decrecimiento de las ventas, dado que la producción se ajusta a la demanda y a la incidencia. Trabajan a un turno y las máquinas -automatizadas- no se tienen todos los días en marcha. Todo el proceso está automatizado a excepción del envasado, del que se encargan dos personas, y el control de las máquinas, con otra a su cargo. Al ser un nicho muy inestable son tres o cuatro personas fijas, y lo demás es con trabajo temporal. 

Una de las inversiones que ha hecho Torremask es en materias primas de calidad, de origen nacional y europeo. Para garantizar su seguridad, las mascarillas se mandan a analizar para verificar y se siguen los procedimientos que marca la Agencia Española del Medicamento. Algo que destaca Medina es el hecho de que no hayan tenido ni una reclamación por reacciones alérgicas o  erupciones. 

En un plazo de pocos años esperan que la producción pueda continuar, abrir barreras y salir fuera, pues explican que la empresa cuenta con los argumentos, la infraestructura y la solvencia para hacerlo. 

Otra de las empresas que se lanzó a la fabricación de productos para la covid fue Molteplas, perteneciente al grupo Mecacontrol (Navarra). Al igual que Torreplas, la compañía, situada en el polígono de Villalonquéjar, va a mantener la producción activa, ya que distribuyen a grades compradores como servicios de prevención de empresas, sector de alimentación, automoción y de línea blanca, que no cesarán todavía en el uso de mascarillas. 

Comenzaron fabricando tejidos para equipos de protección individual (EPI) y mascarillas FPP2 ante la falta de ellos, pero también para reducir la dependencia del gigante chino respecto a los materiales. Ahora están homologando una máquina para fabricar cubrebocas FPP3 de cara a tener mayor diversidad de producto, y esperan poder fabricar tanto uno como otro. 

El responsable de la planta burgalesa, Ignacio Álvarez, comenta que las empresas están siendo prudentes a la hora de «levantar el pie del acelerado» en cuanto al uso de la mascarilla. «Se ha notado la bajada, pero se irá suavizando y se mantendrán los clientes de la industria», explica. La producción se va adaptar a la demanda y los turnos se ajustarán en función de ella. Ahora están trabajando a tres turnos de lunes a viernes y conforme esta vaya bajando, se irán desmontando, pero «ni va a suponer pérdidas ni bajará la facturación». Lo que no quieren es volver a tener datos de absentismo como ha pasado cuando la incidencia se ha disparado en ocasiones anteriores. 

Una de las opciones que les han comentado los servicios de prevención de las empresas a las que distribuyen es que las mascarillas pueden constituir un elemento importante de cara a futuras campañas de gripe, algo que Molteplas está estudiando.  

Los volúmenes de producción no van a ser tan altos como los que se han tenido hasta ahora para ninguna de las dos compañías, pero se prevé que desaparezcan del mercado muchos intermediarios que traen mascarillas del exterior. Fueron muchas las personas que vieron en la compra-venta de mascarillas una oportunidad de negocio, pero al no haber una demanda excesiva están desapareciendo. «Aunque el mercado baje, ahora se reparte entre muchos menos actores», comentaba Álvarez, una ventaja de la que pueden sacar partido. 

Pero las mascarillas no tienen un uso limitado para la covid. En muchas empresas y negocios se han reducido las bajas por gripe y otras enfermedades víricas gracias a su uso, y los colegios han registrado también muchos menos contagios. Igualmente sirven para personas que trabajan con materiales que resultan tóxicos al inhalarse, y en muchos países asiáticos las usan para protegerse de la polución. 

Una reserva estratégica. Antes de la crisis sanitaria, la Farmacia Militar (Centro Militar de Farmacia de la Defensa de Burgos) tenía previsto su cierre, pero la llegada de la covid impulsó su actividad con la fabricación y el almacenamiento de mascarillas y gel hidroalcohólico.  Ahora, aunque el uso del cubrebocas haya dejado de ser obligatorio, la ruta de trabajo de las instalaciones del barrio de Fuentecillas no ha variado. Siguen con la misión de crear una reserva estratégica de mascarillas de cara a futuras alarmas sanitarias, que empezaron en 2020, así como proveer de unidades al Ministerio de Defensa. 

Ya tienen almacenadas miles de garrafas de gel hidroalcohólico para suministrar en caso de necesidad, pero de mascarillas para uso interno aún no se tienen reservas, puesto que las que han fabricado hasta ahora se han ido mandando a la fábrica de Colmenar Viejo, en Madrid, para su utilización. Lo que sí poseen es un depósito con 6 millones de mascarillas pertenecientes al Ministerio de Sanidad, que se hicieron al inicio de la pandemia.

Ahora, el futuro de la Farmacia Militar es completar la reserva estratégica, aunque aclara el coronel Ignacio Cabrera, al frente del Centro, que aún quedan por lo menos unos dos o tres años de trabajo. Y cuando la reserva esté completa, se continuará con la función de almacenamiento y custodia de los productos pertenecientes a Sanidad y Defensa, algo que les puede dar «un poco más de vida». 

Otras webs del Grupo Promecal

Edificio PROMECAL Burgos, Avda. Castilla y León 62-64 09006 Burgos, España Telf: 947 26 83 75